Mariano y Manolo
(Cuidador profesional)

Me llamo Manolo y soy CUIDADOR PROFESIONAL, dando apoyo a las familias en sus hogares.

Me llamo Manolo y soy CUIDADOR PROFESIONAL, dando apoyo a las familias en sus hogares.

La mayoría de las veces son los familiares los que me contactan porque se encuentran en una situación nueva para ellos y no saben cómo afrontarla. Casi siempre te llaman para cuidar “viejitos”, a los que acabas cogiendo mucho cariño.

Hace ya unos meses que Mariano tuvo un desprendimiento de pleura y estuvo 16 días en el hospital. Cuando salió tenía la movilidad reducida, necesitaba llevar absorbente, alguien que le ayudara a levantarse, ducharse y vestirse. Su familia contactó con la agencia para la que trabajo y ahí entré yo en su vida. Durante más de dos meses fui su cuidador. Y acabé siendo su amigo.

Mariano es un terremoto. No para de hablar y de hablar. Cuenta chistes todo el rato y no deja títere con cabeza. Siempre me decía que hablara más despacio, que los cubanos hablamos muy rápido. Eso no es verdad, los españoles hablan más rápido que nosotros. Y gritan más.

Cuando cuidas a alguien como Mariano cuyo mal es físico hay que tener cuidado ya que son personas sin ningún tipo de demencia. Por eso es importante hablarles, escucharles y reírte con ellos. Sobre todo cuando les levantas, cuando les mueves o les bañas. Hay que ir explicando lo que estás haciendo. Incluso hacer bromas sobre ello, es bueno, les da ánimos.

Hay que saber mover y levantar a las personas mayores, no es fácil. Cuidé a una señora que no la habían duchado durante 6 meses porque nadie sabía cómo hacerlo, la aseaban en la cama. Llegué yo, la levanté y la duché. Y aunque ya estaba muy malita, la expresión en su cara cambió.

Nosotros somos muchos hermanos que nos cuidamos, y cuidamos a mi papá y mi mamá en Cuba. Es importante cuidar de la familia. Y si no tienes tiempo o no sabes cómo, ahí estamos nosotros para ayudar.

Así he entrado yo en esta casa, como uno más. Conozco a los hijos de Mariano, a su mujer. Mariano y yo nos llamamos habitualmente, quedamos, nos contamos chistes, jugamos a cartas y nos tomamos un café.

Porque aunque ahora Mariano ya no necesite un cuidador, todos necesitamos gente que nos quiera,con la que poder hablar y a la que puedas tomarle el pelo. La vida así siempre es mejor.

Para mí eso es lo que significa ser cuidador. Conseguir una sonrisa en la cara de las personas que cuido y hacer que esa sonrisa dure el máximo tiempo posible.

Conoce las experiencias de cuidadores familiares y profesionales que cada día trabajan para mejorar la calidad de vida de las personas dependientes.


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