Son muchos los factores que pueden afectar al ritmo de nuestro sueño. Con la edad, la necesidad de sueño se reduce y éste se vuelve más ligero.
Aproximadamente, un tercio de las personas mayores de 65 años tienen problemas para dormir.
Éstas son más vulnerables ante cualquier factor que afecte al sueño, como los ruidos ambientales, la administración de una medicación o la incontinencia urinaria nocturna. Ésta provoca molestias como sensación de frío y humedad e incluso irritaciones en la piel, que afectan negativamente al descanso.