Ayudando, cuidando y protegiendo desde 1818

era un rebelde con causa. Fue en contra de los deseos de su padre de seguir en la empresa con sus hermanos. En vez de eso, utilizó el conocimiento y la experiencia adquirida para crear su propia empresa: Paul Hartmann Bleaching, Dyeing and Dressing Company. Le fascinaban los progresos que se habían dado en medicina y se convirtió en una de las fuerzas impulsoras de ésta industria innovadora: la fabricación de apósitos. También advirtió el poder que tiene la colaboración. Por eso recurrió a otros pioneros en medicina, como Sir Joseph Lister y Victor von Bruns. Entre los tres cambiarían para siempre la forma de tratar las heridas.

era un cirujano inglés. Inspirado por los hallazgos de Louis Pasteur sobre las heridas infectadas (frecuentemente provocadas por microorganismos aéreos), y decidió encontrar una solución. Tras varios experimentos, descubrió un agente desinfectante apropiado: el fenol. Empezó a empapar apósitos con ésta solución, creando el primer apósito antiséptico. Inicialmente su invención fue recibida con escepticismo y rechazo en Inglaterra, pero Paul Hartmann Sr. reconoció su genialidad. Juntos desarrollaron la primera gasa fenolada, de la que después se diría que cambió “el impacto mortal de las enfermedades infecciosas causadas por heridas.”*
*Marcus Plehn, Verbandstoff-Geschichte, Stuttgart, 1990

descubrió un modo de retirar la grasa del algodón, permitiendo que el material absorbiera una cantidad de líquido mucho mayor. Este invento marcó un hito crucial en la historia del tratamiento de las heridas. Abrió la puerta al algodón absorbente y a la subsiguiente producción industrial de apósitos de algodón hidrófilo por parte de Paul Hartmann en 1873.